
En la foto: Bertolt Brecht
En 1918 el estudiante Bertolt Brecht, de veinte años, escribió la obra teatral Baal como respuesta a El solitario, una obra escrita un año antes por el prolífico escritor, dramaturgo y poeta alemán Hanns Johst, en la que se contaba la vida del también autor teatral Christian Dietrich Grabbe, cuya breve vida cubrió las primeras tres décadas del siglo XIX y a quien casi cien años más tarde ensalzarían los nazis debido a su estridente antisemitismo. En aquella obra Brecht narraba la vida disipada de un joven vago envuelto siempre en escándalos sexuales y en un asesinato.
La frase “Wenn ich Kultur höre ... entsichere ich meinen Browning!” (¡Cuando oigo hablar de cultura, inmediatamente saco mi Browning!) es falsamente atribuida a Hermann Goering, Heinrich Himmler y Joseph Goebbels por igual. Yo también creía que la había dicho alguno de esos tres, hasta que mi amigo el filólogo René González me aclaró que pertenece a la obra de teatro Schlageter, de Hanns Johst, precisamente. Albert Leo Schlageter fue un héroe de la I Guerra Mundial considerado un mártir por los nazis, y al que Johst decidió homenajear con esa obra escrita para celebrar el arribo al poder de los nacionalsocialistas en 1933. La pieza se estrenó en el cumpleaños número 44 de Hitler, el 20 de abril. He aquí la escena en la que los jóvenes estudiantes Schlageter y Thiemann discuten mientras estudian para un examen:
SCHLAGETER: ¡Querido y viejo Fritz! (Risas). ¡Ningún paraíso logrará sacarte de tu alambrada de púas!
THIEMANN: ¡Por supuesto que no! ¡El alambre de púas es un alambre de púas! Yo sé contra quién me enfrento. ¡No hay rosas sin espinas! ¡Nunca me dejaré vencer por esas ideas! Conozco toda esa mierda del 18 [se refiere a la revolución de 1918], ¡fraternidad, igualdad, libertad, la belleza y la dignidad! Tienes que usar el anzuelo correcto para atraparlos. Y después, cuando te encuentras discutiendo te dicen: ¡Manos arriba! Estás desarmado..., ¡cerdo republicano! No, deja que mantengan una buena distancia con toda esa ideológica sopa de pescado... ¡Yo disparo con municiones reales! Cuando oigo la palabra cultura... ¡quito el seguro de mi Browning!
SCHLAGETER: ¡Qué cosas dices!
THIEMANN: ¡Da en el blanco!, te lo aseguro.
SCHLAGETER: Tienes un gatillo muy ligero.
¿Cómo pasó esa frase de la obra teatral a la boca de los generales de Hitler? No he podido averiguarlo, pero seguramente seguirá siendo citada como si la hubiera pronunciado cualquiera de ellos. Sin embargo, las atrocidades cometidas por los nazis antes y después de arribar al poder la validan como una práctica recurrente del Tercer Reich. El mismo Johst se unió en 1928 a la Liga Militante por la Cultura Alemana, fundada por Alfred Rosenberg, uno de los intelectuales más influyentes del Partido Nazi y a quien se le considera el forjador de las principales nociones del nazismo: la teoría racial, la persecución de los judíos, el espacio vital (lebensraum), la abrogación del Tratado de Versalles, el repudio al “arte degenerado” y el desarrollo de una nueva “fe nazi”. Por su parte, Johst fue nombrado en 1935 presidente de la Unión de Escritores y de la Academia de Poesía, expulsando inmediatamente al filósofo judío Martín Buber, aunque éste ya había renunciado en 1933 a su cargo de profesor honorario en la Universidad de Francfort en protesta por el ascenso de Hitler.
A la quema de libros siguió más tarde el exterminio de gitanos, judíos, comunistas y otros opositores al régimen nazi.